Venta de grabados, acuarelas, esculturas, pinturas y libros de autor de Juan Carlos Mestre y Alexandra Domínguez
miércoles, 23 de enero de 2019
Poema Una silla para Catherine
UNA SILLA PARA CATHERINE
Incluso la palabra aire colocada al lado de la palabra arco
iris tiene los pies en el suelo.
La señorita Catherine tiene los pies en el suelo cuando hace
apreciaciones sobre este caballero que es
mi marido.
También los pájaros mayas tienen los pies en el suelo cuando
escuchan al sol del rey guacamayo sus
galanteos.
La mitología del amor tiene los pies en el suelo como una
muchacha de diecisiete años que conoce a
un hombre que hace solitarios.
Si uno abre una novela hasta el más vulgar de sus personajes
tiene los pies en el suelo.
Qué decir de los árboles, qué de su eterna costumbre de
quedarse en el mismo sitio con los pies
en el suelo.
Incluso las sillas desocupadas, señorita Catherine, tienen un
día sí y otro día no sus cuatro pies en el suelo.
Alexandra Domínguez del libro Poemas para llevar en el bolsillo.
sábado, 5 de enero de 2019
Objetos perdidos poema de Yehuda Amijai
OBJETOS PERDIDOS
Por los periódicos y los tablones de anuncios
me entero de los objetos que se han perdido.
así sé lo que tenía la gente
y lo que quiere.
Una vez mi cabeza cansada cayó sobre mi pecho
y allí encontré el olor de mi padre
después de muchos años, de nuevo.
Mis recuerdos son como alguien
que no puede volver a Checoslovaquia
o teme volver a Chile.
A veces veo de nuevo
la blanca habitación abovedada
con el telegrama sobre la mesa.
Yehuda Amijai
viernes, 14 de diciembre de 2018
Provincia
PROVINCIA
Día domingo, esquina de la luz, casa de los cerezos,
los huéspedes del olvido hierven el agua de los silencios,
el carbonero baja la cuesta con su carretilla de imanes,
lleva las horquillas del pelo perdidas entre los setos,
agujas de las modistas, llaves que no abrirán ninguna puerta.
Día domingo, esquina de la luz, casa de los cerezos,
pasa el cartero a beber ginger ale con su novia,
los predicadores sonámbulos anuncia la salvación de las
estatuas,
el gendarme lustra el charol de su gorra de plato,
las hijas crecen como girasoles sobre el tacón de los zapatos.
Día domingo, esquina de la luz, casa de los cerezos,
los perros envejecidos cuidan el jardín abandonado,
las buganvillas incitan al desayuno de las abejas,
los aeropuertos están vacíos como una caja de barbitúricos
cuando alguien busca en un libro la geografía de un nombre,
el agua de un río finlandés para las gaviotas sin puerto.
Día domingo, esquina de la luz, casa de los cerezos,
pasan las ilusiones por la tabla de multiplicar del cero,
pasan con guirnaldas de mayo las criaturas que regresan
del bosque,
del bosque,
los vendedores de periódicos sacan la cuenta del tiempo
perdido,
del tiempo ganado, dormida para siempre a tu lado.
Día domingo, esquina de la luz, casa de los cerezos.
Del libro Poemas para llevar en el bolsillo
lunes, 5 de noviembre de 2018
Amanecer temprano Edith Sodegran
AMANECER TEMPRANO
Unas última estrellas alumbran extenuadas.
Las veo desde mi ventana. El cielo está pálido,
apenas se adivina el día que comienza en la distancia.
Un silencio descansa tendido sobre el lago,
un susurro acecha entre los árboles,
mi viejo jardín escucha medio ausente
el aliento de la noche, que silba sobre el camino.
Edith Sodergran
Del libro Encontraste un alma ,Nordica libros
San Petersburgo,1982- Raivola 1923. Sus primeras incursiones en el mundo de las letras tuvieron lugar en 1902 después de haber ingresado en la prestigiosa Petri-Schule alemana de su ciudad natal, institución en la que aprendió inglés, francés, ruso y alemán. Con el transcurso del tiempo, la autora adoptaría para su producción literaria el idioma sueco, la lengua de su madre.
miércoles, 19 de septiembre de 2018
El poeta es un asunto allí en lo invisible
EL POETA ES UN ASUNTO ALLÍ EN LO INVISIBLE
Ese hombre es invisible, su materia de alondra es invisible,
anda en lo invisible con pasos que hacen ruido en las calles invisibles,
come cosas invisibles, respira lo invisible, paga con monedas invisibles.
El poeta es un asunto allí en lo invisible, cruza ríos invisibles.
Se acuesta con mujeres invisibles, habla con palabras invisibles.
Está en Dublín y es invisible, va por el cielo en aviones invisibles,
en su corazón la melancolía es invisible, piensa en cosas invisibles,
lee a Kavanagh que escribía libros invisibles,
por ejemplo esto es invisible : My soul was and old horse
offered for sale in twenty fairs.
Su furia es invisible, su tempestad también es invisible,
trabaja en una fábrica invisible, gasta sus codos en mesones invisibles,
Teiller era invisible, Parra casi es invisible, nadie ha visto a Rojas.
Los obreros brindan al final de la jornada con jarras invisibles de cerveza,
los solitarios se hospedan en hoteles invisibles, llaman por teléfono
a chicas invisibles, esperan en esquinas invisibles a otros invisibles.
En el verano la lluvia es invisible, abren entonces un paraguas invisible,
se van a provincias invisibles a leer poemas invisibles,
se encuentran en un parque con alguien invisible, aman lo invisible.
El poeta es un asunto allí en lo invisible, este mismo poema es invisible,
un espejo es invisible, la ciudad en la que vivo en invisible,
lo imprescindible y lo insignificante, eso es lo invisible.
Alexandra Domínguez del libro La conquista del aire
domingo, 2 de septiembre de 2018
Tristia, poema de María Negroni
Pintura de Alexandra Domínguez
TRISTIA
En el momento en que estaba manipulando la imagen de la pequeña Godiva, Joseph Cornell pensó - tal vez - en la dañina vejez. Sus largos dedos flacos se movían, sin prisa, acostumbrados como estaban a las disciplinas del celuloide. Pero su mente estaba en otro lado. La estación, pensó, ya no es propicia para tantas cosas.¿Por qué el deseo, en cambio sigue intacto? Miró a su alrededor : tan solo escombros, cantos y alcobas vedados, penas en la casa exhausta. Después, miró de nuevo la imagen. Soy todavía una música, pensó. Una porfiada elegía, capaz de captar la intriga de la calle humana. Todavía puedo, como Ovidio, escribir místicos desiguales sobre el exilio. No es demasiado.Ni poco.
Poema de María Negroni, del libro Elegía a Joseph Cornell
Para María Negroni, como para Cornell, el arte es la infancia. No porque la obra atesore un candor olvidado sino porque es el único país de las maravillas y la única tierra del nunca jamás donde se puede conquistar lo incomprensible. Elegía Joseph Cornell es un diario íntimo (si acaso fuera posible un diario íntimo por interpósita personal) : el artista-niño no podría haber escrito estas páginas, pero es único que podría saber leerlas. Es que - así lo quiso él - las películas más conmovedoras son aquellas concebidas para no ser filmadas nunca. Como este libro que aún no ha sido escrito.
David Oubiña
lunes, 6 de agosto de 2018
Adelante. Poema Alexandra Domínguez
ADELANTE
Pasad viento y lluvia a este rincón del jardín donde las Bronté
hacen ganchillo,
pasad acordeones, pasad eternidad e himnos de los evangelistas,
pasad gardenias y petirrojos de invierno al ébano de los
carpinteros,
pase el poeta agradecido y el talento dormido de los
arquitectos,
pasen los petrificados en el fonógrafo de las metamorfosis,
pasen los incorruptibles a su almacén de manzanas,
pasad sencillos cantantes de pueblo,
bienvenidos seáis dulces viajeros de mis circunstancias.
Alexandra Domínguez del libro La conquista del aire
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