las patatas enterradas en un cuadro de joan miró
se convierten en pájaros escondidos bajo la lana en el fondo de un tambor
esas lluvias dormidas no necesitan una silla para trabajar sentadas
dicen finas palabras con ojos de gallina mientras soplan el polvillo de las lentejas
dicen santa es la miel santa la miel vieja que no espera ninguna desgracia en la casa dormida
solamente una vez durante toda la vida sale la estrella a platicar con los carneros que no tienen apellido
la noche está patas arriba y los insignificantes con nariz de gancho van a la sinagoga a llorar por la destrucción del templo
la madre los afeita bajo el impermeable con piel de fruta
se rasuran el mentón y los pelillos de las orejas
vienen los ratones con los bolsillos llenos de piedrecitas y garbanzos a volcar los candiles
ohhhhh ahhhhhh ohhhhhh
cómo picotean allí dentro sus blancos zapatos de lejía y azúcar
en la última fila apoyados en el hombro de la nieve muerta preguntan a qué vendrá pentecostés
a frotar con aceite los huertecillos con baldosas de oro a amarse bajo las colchas de cama
qué caminata por la corona de los reyes
solo por hacer algo cruza cada uno su noche y el dedo de los anillos les dice pasa
allí está giorgio que detestaba las flores y amaba los frutos
allí las criaturas de apollinaire tirando desde la torre eiffel huevos a los alemanes
moishe moishe moishe
las patatas azules enterradas en los lienzos de joan miró lloran porque han perdido los resguardos
será que lo hacen porque la hermosura no se puede comprar sino cambiarse por otra belleza
la nodriza y el herrero han cerrado sus ojos y ahora se las arreglan sin beber
sobre el jabón mojado juegan las niñas que han comprado una vela
a la hora de la siesta las patatas escuchan música y se sirven pastelitos tricolor
todos los días son el día de todos los santos
los caballos comen fríjoles y las pensiones se llenan por un rato de mujeres y hombres a la manera de josephine baker
amén por los que al mondar las patatas escuchan alguna palabra de su madre
amén por los que con una mínima inclinación de cabeza dejan a dios con la boca abierta
la lluvia no tiene dinero los corderos no tienen dinero los fuegos artificiales no tienen dinero
igual desciende la bendición sobre sus propósitos
igual el ruiseñor mira a la trompeta por el rabillo del ojo y las esposas y los huéspedes de la revolución industrial quedan pensativos
ohhhhhh ahhhhhh ohhhhhh
no es necesario caerle bien a la gente basta con no interrumpir el trabajo del mar acariciarle el pelo a la democracia
eso sueñan las patatas bajo el arroz con pollo que se sirven los lanzadores de béisbol después de morderse la lengua
las patatas se bajan de los taxis de cartón y simplemente entran en restaurantes carísimos llenos de obreros graduándose y apodos bastante lindos
y el hombre que se mantenía al margen de todo se gira para decir no encuentro mi cartera
y el hombre que se negaba a ver se da la vuelta para declarar por primera vez ¡te amo!
tal vez no para siempre esta felicidad es para ti
ohhhhhh ahhhhhh ohhhhhh
las patatas enterradas en un lienzo de joan miró
del libro museo de la clase obrera Juan Carlos Mestre